Al comenzar 2025, Windows en ARM ya no es un experimento de nicho: se ha convertido en una alternativa seria a la informática tradicional basada en x86. Con un creciente interés por parte de fabricantes y desarrolladores, muchos se preguntan si ha llegado el momento de dejar atrás x86. En este artículo analizamos el estado actual de Windows en ARM, el soporte de aplicaciones, cómo se compara con los MacBook de la serie M y qué implica todo esto para el futuro de la arquitectura de los PC.
A principios de 2025, el soporte nativo para aplicaciones en Windows en ARM ha crecido de forma notable. Microsoft Office funciona perfectamente, con todas las funciones presentes también en las versiones para x86. Adobe ha optimizado programas clave como Photoshop y Lightroom para ARM, logrando un rendimiento fluido en dispositivos como el Surface Pro X y el Lenovo ThinkPad X13s.
En cuanto a los videojuegos, el panorama es mixto. Steam ya es compatible oficialmente, pero muchos títulos aún dependen de binarios x86-64 y pueden mostrar bajo rendimiento mediante emulación. Sin embargo, la tecnología ARM64EC de Windows 11 ha mejorado mucho la compatibilidad, permitiendo a los desarrolladores migrar sus aplicaciones a código nativo sin dejar de ofrecer soporte a versiones anteriores.
Los navegadores populares como Chrome, Edge y Firefox ya cuentan con versiones optimizadas para ARM, y herramientas de trabajo como Citrix, Zoom o Slack también ofrecen clientes fiables adaptados a esta arquitectura.
Uno de los principales motivos por los que los usuarios consideran portátiles con Windows en ARM es la eficiencia energética. Los equipos con procesadores Qualcomm Snapdragon X Elite superan las 20 horas de batería en usos comunes, muy por encima de muchos portátiles x86.
El rendimiento ya no es un sacrificio. Los benchmarks del Snapdragon X Elite y el Microsoft SQ3 muestran resultados comparables con los procesadores Intel de 12ª y hasta 13ª generación en tareas de productividad. Además, estos chips mantienen temperaturas bajas, lo que permite diseños sin ventilador o casi silenciosos.
Esto convierte a los portátiles ARM en una opción ideal para estudiantes, redactores y trabajadores remotos que buscan fiabilidad y portabilidad antes que potencia bruta para videojuegos o software especializado.
Desde el lanzamiento del chip M1 de Apple en 2020, la industria tecnológica ha seguido su evolución. En 2025, los chips M3 Pro y M3 Max dominan en tareas intensivas como edición de vídeo, diseño 3D o programación. Sin embargo, Windows en ARM está acortando distancias.
Microsoft colabora con Qualcomm, MediaTek y Samsung para posicionar ARM en el mercado principal de dispositivos con Windows. A diferencia del ecosistema cerrado de Apple, Windows ARM aún sufre cierta fragmentación que afecta a la experiencia de usuario.
No obstante, para tareas como navegación web, trabajo de oficina o videollamadas, los dispositivos con ARM y Windows cumplen perfectamente. Los equipos con Snapdragon X Elite ofrecen un rendimiento cercano al de los chips M2 de Apple, aunque aún están por detrás del M3 en cargas de trabajo creativas multihilo.
Apple tiene ventaja gracias a su ecosistema unificado. Al usar todos sus Macs procesadores ARM, los desarrolladores tienen fuertes incentivos para optimizar sus apps para Apple Silicon, lo que se traduce en aplicaciones rápidas y estables.
Windows, en cambio, debe mantener soporte para usuarios x86 y ARM. No obstante, los esfuerzos como Project Volterra y el ARM Developer Kit han tenido éxito. Visual Studio 2022 ya permite desarrollo nativo para ARM64, y el programa App Assure de Microsoft ayuda a empresas a migrar sus aplicaciones.
El cambio es progresivo. Cada vez más desarrolladores publican versiones para ambas plataformas, y herramientas como Flutter, Electron o .NET MAUI simplifican la creación de apps multiplataforma, incentivando la adopción de ARM en el ecosistema Windows.
La arquitectura ARM está llamada a desempeñar un papel fundamental en el futuro del PC. A medida que más fabricantes invierten en chips ARM y Windows optimiza su sistema, los dispositivos con ARM dejarán de ser una alternativa secundaria.
Microsoft ya da señales claras con rumores sobre Windows 12, que podría ofrecer integración más profunda y mejor rendimiento en ARM. Pronto veremos portátiles insignia funcionando exclusivamente con esta arquitectura, sobre todo en los sectores empresarial y ultraportátil.
Los analistas predicen que para 2026 habrá un equilibrio más claro: ARM liderando los dispositivos móviles y ligeros, mientras que x86 mantendrá su dominio en escritorios y estaciones de trabajo hasta que ARM iguale o supere ese nivel de rendimiento.
Pese a los avances, persisten los retos. Muchas aplicaciones empresariales heredadas, controladores específicos y juegos aún dependen de x86. Microsoft sigue mejorando su capa de emulación, pero el rendimiento nativo sigue siendo clave para ciertos entornos.
Fabricantes como HP, Dell y ASUS avanzan con cautela, aunque ya han anunciado nuevos modelos con ARM para el tercer y cuarto trimestre de 2025. El éxito de estos lanzamientos será crucial para generar confianza y consolidar el mercado.
En definitiva, la decisión dependerá de las necesidades del usuario. Para quienes priorizan autonomía, movilidad y soporte a largo plazo, los portátiles con ARM y Windows representan una opción sólida. Pero si dependes de software especializado o herramientas antiguas, x86 aún tiene mucho que ofrecer — al menos por ahora.